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Lanzamiento del libro La agresividad y sus manifestaciones en los niños y niñas de grado cuarto uno de educación básica primaria, en la Institución Educativa Distrital General Gustavo Rojas Pinilla, en Bogotá

El trabajo que se presenta va dirigido a identificar y analizar las causas de las manifestaciones agresivas entre los estudiantes del Grado Cuarto Uno de la Institución Educativa Distrital (I. E. D) General Gustavo Rojas Pinilla, en este sentido surge la pregunta problematizadora, ¿Los docentes, directivos y padres de familia conocen los motivos que conducen a las manifestaciones agresivas entre los estudiantes en la escuela?
La Institución escolar como un espacio de encuentro donde acuden los niños y niñas a construir conocimientos, desarrollar valores, hábitos y actitudes mediante la dirección y guía de los educadores, debería mostrarse como el ambiente ideal donde los estudiantes tuvieran la oportunidad de adquirir y desarrollar en el interactuar con otros niños y con sus maestros esos valores que posibiliten un desarrollo armónico y que sin embargo, en este estudio se pueden exponer los resultados, que existen niños que con su comportamiento agresivo obstaculizan la función socializadora de la escuela.
Este trabajo habla acerca de los factores que pueden motivar una conducta agresiva en los juegos de los niños y niñas durante su estadía en la institución.
El estudio es un aporte para la comunidad educativa, docentes y directivos de la que se ha hecho algunos estudios. El cambio de clases, cuando existe rotación de maestros incluyendo los de apoyo, los problemas que se generan entre los estudiantes en este lapso de tiempo parecen pasar desapercibidos; pero, sin embargo la agresividad y violencia que manifiestan los niños de los grados cuartos durante espacios de descanso, constituye uno de los problemas más significativos para la formación, puesto que detrás de los comportamientos agresivos surgen diferentes problemáticas. Se considera de gran importancia, por ser uno de los aspectos en los podemos advertir, que puede haber muchos factores que estén condicionando su conducta y por lo tanto afectan de manera negativa la formación adecuada de su personalidad y desarrollo emocional.
En la medida en que este problema sea atendido o se ignore estaremos en condiciones de contribuir a la formación de personas útiles y de provecho, posibilitando un medio educativo favorable o bien condenar a la marginación y el fracaso a esos niños que necesitan nuestro apoyo.
En la actualidad la vida escolar pasa por diversas situaciones perturbadoras, no solo dentro de la institución si no también fuera de ella acarreando más problemas, y así dificultando el buen desarrollo de la educación, una de ellas es la manifestación de comportamiento agresivo entre los estudiantes. Se parte de que la escuela debe formar bases sólidas en los niños y niñas, teniendo presente que una de las más importantes es la búsqueda de la convivencia, entendida ésta como el resultado de la concertación y el respeto de los derechos humanos que ayudan a mejorar las relaciones entre los integrantes de la comunidad educativa.
El proyecto se llevó a cabo en la I. E. D General Gustavo Rojas Pinilla, que se encuentra ubicada en la Localidad 8, Kennedy, en Bogotá D. C. Esta Institución Educativa cuenta con una población 3.600 estudiantes en las dos jornadas, mañana y tarde, con un promedio de 40 estudiantes por grupo, que van desde grado Jardín hasta grado Once de Educación Media Vocacional.
Dentro del campo de la educación se relacionan distintas actividades encaminadas a un fin: el logro del desarrollo integral de los estudiantes, tal como lo señalan los propósitos contenidos en planes, programas de estudio, y en leyes, como el Articulo 44 de la Constitución Política de Colombia.
En este sentido, en las políticas educativas recientes han surgido diversos programas de apoyo, se ofertan cursos de actualización y capacitación, como alternativa que brinde a los docentes elementos que coadyuven a comprender, fortalecer y mejorar los resultados en el proceso de enseñanza–aprendizaje, con lo que se espera, se pueda ofrecer en las instituciones educativas una educación de calidad, acorde con las exigencias y necesidades actuales de la sociedad. Sin embargo, aún con todos los apoyos y recursos que actualmente se proporcionan a los docentes y escuelas, ante el universo de retos y problemas que cotidianamente enfrentan los docentes y directivos en su labor, alcanzar los fines que persigue la educación no es tarea fácil, sobre todo considerando que cada escuela tiene sus propias características, necesidades y problemáticas de acuerdo al medio socioeconómico y cultural donde se encuentre ubicada, el tipo de población que atiende, su infraestructura, organización escolar, etc.
Quizá haya escuelas donde las condiciones existentes favorezcan en gran medida la labor educativa que se ofrece y por lo tanto los problemas que se presentan se puedan resolver de manera más favorable, pero también no se puede ignorar y pasar por alto la gran desventaja en que se encuentran otras, donde las condiciones para alcanzar la calidad educativa son aún más adversas.
Según las opiniones de los docentes en las escuelas se concentran grandes cantidades de estudiantes con problemas de comportamiento y aprendizaje, hasta discapacidades leves, y aunque en muchas de estas escuelas se cuenta con apoyos, como orientadores y docentes de inclusión, no es suficiente respuesta para la problemática.
Uno de los problemas que se presenta constantemente dentro de las actividades escolares, es la agresividad en los juegos de los niños y niñas, especialmente los de los grados cuartos de la I.E.D. General Gustavo Rojas Pinilla, durante el tiempo del descanso. Agresividad que también se detecta al momento de cambio de clase y hora de almuerzo, se convierten en espacios de conflicto donde los estudiantes más grandes y fuertes tienden a agredir de manera verbal y física, a los compañeros alterando así el clima de descanso, recreación, alimentación y convivencia.
Quizás para algunos niños mayores resulte divertido interactuar de esa manera, más no para el resto de los estudiantes que en muchas ocasiones resultan lesionados, ya que regularmente hay pocos docentes disponibles para ejercer vigilancia y control durante estos momentos.
La agresividad manifestada por los niños y niñas durante su interacción en los diferentes espacios de la I. E. D. probablemente está representando la problemática social que enfrentan cotidianamente. Los docentes detectan que muchos estudiantes reproducen las prácticas de relacionamiento aprendidas fuera de la institución, teniendo en cuenta que la mayoría de su tiempo, estos estudiantes permanecen sin la tutoría responsable de un adulto.
La condición económica en que viven muchos de los niños y niñas de la I. E. D. General Gustavo Rojas Pinilla es precaria, por lo cual sus padres se encuentran en la disyuntiva de cuidar a sus hijos o tener que salir a buscar el sustento del hogar teniendo que dejarlos en manos de terceros, los cuales no garantizan una formación adecuada.
El problema de la agresividad y violencia expresado a través de las expresiones agresivas que practican los niños y niñas durante el estos espacios resulta significativo para la formación, pues es probable que mediante este comportamiento se manifiesten muchos de los contenidos de la problemática social que enfrentan. Como lo perciben los educadores en reuniones de ciclo, es un sector de alumnos en los que comienza a pesar mucho más la relación de la calle que la escolar, la precaria educación que reciben en sus hogares deja mucho que desear, son niños y niñas que prácticamente viven sin atención de sus padres o madres.
Ciertas circunstancias familiares dramáticas que padecen, conocidas por los propios docentes, también pueden estar condicionando su conducta, “el clima humano que rodea al niño es capital para su evolución, e incluso hay momentos en los que resulta decisivo” (Funes, Jaime: 1997), en muchos de los hogares de estos niños es habitual encontrar problemas fuertes como desintegración familiar, alcoholismo o abandono ya sea por parte del padre o la madre, maltrato, etc. Que no son el marco adecuado para su formación.
Pero las violencias no solo se encuentran en los hogares, en los barrios donde habitan estos niños y niñas, también lo encuentran en los medios masivos de comunicación, los cuales recurren a esta temática para atraer mayor audiencia o televidentes y con esta aumentar sus ganancias, entonces, la violencia física y verbal está desde la virtualidad hasta en las prácticas cotidianas de muchos de estos estudiantes (Reyes González, 2005).
Es por esto que el sistema educativo debe preocuparse por transformar las prácticas agresivas de los estudiantes, “Desde un punto de vista frío y puramente pecuniario, es menos costoso proteger y rehabilitar a un niño ahora, que afrontar más tarde los costos sociales de su comportamiento desviado” (Fontana, 1979, et. Cit. Reyes González. 2005, p. 44).
El papel del docente frente a esta situación se ha limitado a un llamado de atención, anotaciones en el observador del estudiante, en última instancia remitir el caso a orientación escolar o citación a los padres. Estas son las formas de respuesta más usuales, en ocasiones acudiendo como último recurso al condicionamiento del cupo para el siguiente año escolar.
Las consecuencias de la agresividad y la violencia se sienten a diario en la ciudad. Esta se ha convertido en una manera de comunicación. Así el padre o la madre le pegan al hijo por desconocer muchas veces como educarlo, modelos que el niño adquiere o imita. El problema social de la agresividad y la violencia trasciende hasta nuestras escuelas reflejándose en los juegos practicados por los alumnos de los grados cuartos y quintos en los diferentes espacios escolares.
Es pues el momento en que los sistemas escolares tienen la oportunidad de aportar elementos para desarrollar propuestas orientadas a la prevención del problema en donde los actores principales en esta empresa son los educadores, “Desde un punto de vista frío y puramente pecuniario, es menos costoso proteger y rehabilitar a un niño ahora, que afrontar más tarde los costos sociales de su comportamiento desviado” (Fontana, 1979).
Es preciso prestar atención al problema de los niños que transgreden los reglamentos y normas de conducta de la institución escolar, que insultan o golpean y tratarlo de la manera más adecuada y con oportunidad para evitar que puedan convertirse posteriormente en problemas más graves. Se evidencia que algunos niños y niñas se sienten agresivos con sus compañeros por que han sido rechazados por sus pares. Ellos pueden dar satisfacción a su hostilidad desarrollando destrezas escolares insuficientes y generando en sus compañeros, sentimientos encontrados. En los primeros años de la infancia, es normal que se presenten situaciones de estas situaciones de agresividad, pero algunos niños persisten en su conducta agresiva por su incapacidad para dominar su mal genio y en el momento de ingresar a la escuela les es inevitable demostrar su comportamiento agresivo, dando lugar al rechazo de sus compañeros.
Prevenir o modificar las conductas agresivas de los estudiantes de los grados superiores requiere modificar también las condiciones escolares. De alguna manera la escuela resulta clave en la evolución correcta de los niños. Mejorar la calidad de la educación implica, entonces fincar sólidos cimientos sobre los que se puedan basar los comportamientos adecuados de los niños que correspondan y sean aceptados en la sociedad, sobre todo en los momentos actuales que vivimos donde la violencia, la agresividad y las estructuras corruptas se ponen de manifiesto constantemente. “La educación de calidad no es posible si no incluye la formación en valores”, (Schmelkes, 1994).
La agresividad en los niños y niñas es un problema que está afectando de forma continua la convivencia normal de las familias y el ambiente escolar, adoptando un gobierno que puede constituir peligro para sí mismo y para la sociedad. Siendo el desarrollo social de los niños y las niñas en su ambiente escolar una preocupación para que éste se desenvuelva y actúe adecuadamente en sociedad, se hace prioritario implementar estrategias efectivas y relevantes en la familia y en el ambiente escolar, partiendo del significado de sus expresiones y de un análisis del as actitudes que presentan los estudiantes para la transformación de esta realidad.
La experiencia y concepto que sobre la actividad escolar como docente se puede tener diferente visión, de acuerdo al tiempo en que se vive y los intereses de quien vive esta experiencia. Podría iniciar por mi infancia, entre los seis y doce años de edad, que corresponde a la edad en que se cursa la educación primaria.
La educación primaria la cursé en la escuela del Distrito Especial de Bogotá. A lo largo de los seis años cursados en esta escuela recuerdo los recreos transcurridos como un receso donde las niñas jugaban a las escondidas, la cuerda o simplemente hablaban con niñas del grupo, o amigas. El ambiente escolar era generalmente tranquilo, la rigidez en los reglamentos de conducta no permitían desórdenes de ningún tipo.
Los niños por su parte se dedicaban a juegos como las monedas, el trompo, o algunas veces compartían los juegos con las niñas jugando a los encantados. Aunque no recuerdo que durante los recreos hubiera alguna vigilancia de nuestros maestros, en muy pocas ocasiones se veían discusiones o peleas entre los niños y mucho menos entre las niñas. Creo que en ese tiempo los niños sentíamos un respeto muy especial hacia los maestros y desde luego hacia la directora o el director según fuera el caso. El temor principal de todos los niños era: alguna vez ir a parar a la dirección de la escuela castigados por algún mal comportamiento o ser expulsados del centro escolar. La inocencia e ingenuidad que existía en los niños de esa época permitía que hubiera siempre una relación, si no de respeto y compañerismo entre los niños, sí de prudencia, buen comportamiento y obediencia hacia las personas mayores y por lo tanto hacia las autoridades del centro escolar.
En esta época, las maestras generalmente, cuando las condiciones de espacio y tiempo lo permitían, se ocupaban durante los recreos de jugar con los niños y niñas en el patio de la escuela, enseñándoles algunos juegos como: estatuas y rondas, organizaban juegos con los niños más pequeños. Los profesores varones también se divertían jugando con los alumnos de los grados superiores algún juego de tipo deportivo generalmente basquetbol y futbol era lo que más jugaban los profesores con los alumnos. Por lo tanto no había oportunidad de que los niños tuvieran peleas. Por otro lado la población de alumnos en esas comunidades era muy reducida, las familias eran todas conocidas entre si y la relación entre ellas generalmente era buena.
La educación en Colombia, está sufriendo diferentes cambios en beneficio de una calidad que inicia con un mejoramiento de condiciones de vida de nuestra población. El colegio es un lugar donde llegan diferentes personas con sus propios intereses y formas de ver el mundo con sus aptitudes y valores.
Con este trabajo de investigación se busca que los maestros y directivos de las escuelas primarias conozcan las causas de la agresividad y sus manifestaciones, puesto que son ellos quienes enfrentan este fenómeno en sus prácticas cotidianas al interior de las instituciones escolares. Así, en la medida que este fenómeno sea investigado, analizado e interpretado, se podrán diseñar metodologías óptimas para tratar la problemática.
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