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Lanzamiento del libro Televisión, ley y sociedad: Una visión desde la sociología jurídica del impacto del contenido de los medios de comunicación en menores de edad
El Fondo Editorial del ILAE acaba de lanzar bajo una licencia Creative Commons el libro electrónico Televisión, ley y sociedad: Una visión desde la sociología jurídica del impacto del contenido de los medios de comunicación en menores de edad, obra en dos tomos: t. I: Industria y análisis teórico; t. II: Ley y sociedad, con ISBN de obra completa 978-958-5535-30-5 del docente-investigador César Augusto Ramírez Corzo.
Durante los últimos años, los medios de comunicación se han transformado y evolucionado a niveles tal vez nunca imaginados. Desde el impacto de la radio al inicio del siglo xx, pasando por la conquista de la televisión en las familias del mundo, hasta llegar a la construcción de la generación digital, gracias a los desarrollos tecnológicos y las nuevas plataformas digitales, las redes sociales han conquistado y transformado los contenidos de medios y la forma de interacción de las sociedades. Con suficientes argumentos, debido a la gran influencia que tenían los medios de comunicación en el mundo, se les denominó como el cuarto poder. Su capacidad de impactar en las audiencias era incuestionable. Ni el más experto de los grandes analistas clásicos de medios, se imaginó que este poder llegaría a su límite y que los usuarios, es decir los receptores, llegarían a tener tanto poder e influencia con la producción de sus propios contenidos, utilizando simplemente las plataformas de redes sociales que han conquistado el planeta. Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, Google, Yahoo!, WhatsApp, entre otras redes sociales, transformaron la forma de las interacciones humanas y generaron cambios muy fuertes en la comunicación mundial y en la forma de circular la información.
La televisión que en un momento fue la líder de las audiencias mundiales, ha cedido poco a poco su espacio, a nuevas opciones tecnológicas, como es el caso de las plataformas que ofrecen contenidos por suscripción. Para generaciones anteriores llegar al hogar, sentarse frente al televisor, era un ejercicio obligatorio. Pasaron más de 35 años de un reinado indestructible de la industria, que gracias a las opciones de la televisión por cable o satelital, lograron impactar a los hogares con más de 500 canales con la más variada programación. Florecieron los canales especializados de todos los formatos y géneros. Los eventos de noticias, deportivos, de entretenimiento, culturales, cinematográficos, musicales, etc., llegaron a millones de personas en todo el mundo. Aparecieron los grandes eventos, las magníficas producciones y se pasaron de audiencias locales a audiencias globalizadas. Productos exitosos fueron transmitidos a más de 180 países. La pauta publicitaria creció de forma exponencial y se consolidaron las grandes empresas de medios a nivel mundial.
Empresas y plataformas como Netflix, Facebook, Youtube, Instagram, Cable News Network –cnn–, Fox, DirecTV, Disney, American Broadcasting Company –abc–, Columbia Broadcasting System –cbs–, National Broadcasting Company –nbc–, British Broadcasting Corporation –bbc–, y decenas de medios, abarcaron con su señal y contenidos el planeta. Aparecieron ofertas de programación por suscripción, incluyendo servicios digitales en los cuales los usuarios consumen los contenidos a la hora que deseen. Uno de los ejemplos más exitosos tanto en producción de contenidos como en número de usuarios ha sido Netflix.
En las últimas décadas, la televisión se convirtió en uno de los medios de mayor impacto en la sociedad. Con una cobertura amplia en todos los estratos y regiones, los contenidos televisivos llegan a millones de personas. Colombia no es la excepción. Sin embargo, con el crecimiento de las redes sociales, la sociedad enfrenta un muy grave problema, generado por las consecuencias de los contenidos mediáticos, que llegan en muchos casos, sin ningún control a millones de menores de edad, los cuales son impactados y afectados en su desarrollo interior y social de una forma muy negativa. El Estado, la sociedad y las industrias de medios, no han implementado filtros de protección suficientes y necesarios para evitar estos resultados negativos. El problema se torna más crítico ante la incapacidad de los actores para encontrar las líneas de acción que permitan proteger a los niños y adolescentes de ambos géneros de los efectos mediáticos. El público infantil y juvenil está expuesto a programaciones con altos niveles de contenido violento, sexual, lenguaje vulgar con lo que son inducidos sin consideración a un mundo de mercado y de consumo que responde al objetivo de conseguir grandes beneficios económicos para la industria de la televisión y otros grupos de interés. De ese modo se producen fuertes daños en los menores de edad y en la sociedad, sin que se tomen las medidas necesarias para disminuir o evitar las consecuencias.
Cualquier escenario de análisis histórico resulta insuficiente frente a la gran pandemia que impacta a la sociedad mundial en 2020. El Covid-19 aparece con consecuencias exponenciales en diferentes dimensiones de la interacción personal y social. En producción de contenidos de medios, el fenómeno conduce a millones de personas en aislamiento social, en diferentes países, encerrados en sus hogares recibiendo cientos de horas de televisión, internet y millones de mensajes de datos y mensajes a través de sus diferentes plataformas.
Nunca antes en la historia los medios tuvieron a su disposición millones de usuarios conectados casi en forma permanente. Sin embargo, las lecciones de mejorar los contenidos para proteger a los menores de edad no fueron aplicadas. No se implementaron políticas públicas sólidas y en especial un liderazgo eficaz desde la sociedad, desde el Estado y desde la misma industria. En el transcurso de más de diez años posteriores al proyecto, los actores –televisión, ley y sociedad– no aprendieron la lección. Los menores de edad continúan expuestos a contenidos altamente peligrosos para su formación y construcción personal.
Algunos análisis ya forman parte de investigaciones anteriores que facilitan avanzar en esta nueva etapa y son el soporte para realizar la discusión en el contexto colombiano. El hecho de vincular a los niños y jóvenes dentro del sistema de la televisión, permite considerar la necesidad de ampliar el espectro de observación para entender el fenómeno en su conjunto y precisar el papel que juegan cada uno de los componentes en la formación de los menores de edad. Como ejercicio académico y como aporte a la sociedad, en el siguiente trabajo se hace un esfuerzo por visualizar el problema en la realidad colombiana.
Desde el punto de vista académico, el tema es importante para investigarlo, ya que están en juego los procesos formativos y la construcción social de los menores de edad en la sociedad, producto de la incapacidad de un sistema para protegerlos.
La influencia de los medios de comunicación domina muchos debates mundiales, en particular en su relación con el poder de los grandes conglomerados. No sólo es un problema de carácter económico, sino que trasciende a la formación de la misma sociedad y a la construcción de nuestros hijos, como personas y como seres en interacción social. Aunque históricamente sociólogos como el mismo Bourdieu han señalado su crítica al monopolio de los medios de comunicación y sus intereses económicos, que los convierten en “detentadores del poder simbólico de la sociedad al que define como conjunto de instrumentos de producción y de difusión de bienes culturales”, en esta oportunidad intentaremos aproximarnos a una realidad más compleja, en la que se ha determinado como máximo objetivo de estudio, la protección de los menores de edad, de los contenidos televisivos negativos.
Al tener acceso a toda esta información corresponde preguntar: ¿Es este un verdadero problema para la sociedad? ¿Es importante el tema de los contenidos en televisión y su influencia y consecuencias en los menores? ¿Es un asunto importante para abordar desde la sociología jurídica? La respuesta es un sí contundente.
La consideración más importante del trabajo es tomar a los menores de edad como lo que realmente son: un elemento social vulnerable. Ellos no son adultos, son seres con fragilidades y que sufren dificultades en su formación como personas y en su interacción social. Lamentablemente los medios de comunicación los han convertido en grandes objetivos de mercado y los invaden con contenidos muy perjudiciales. Si es respetada tal desventaja en los menores de edad y se reconoce la necesidad de protegerles frente a los mensajes de los medios, a partir del daño emocional que se está produciendo, la presente investigación se convierte en una valiosa herramienta para encontrar las líneas de acción que apunten a resolver la falta de regulación, con el máximo objetivo de restituir la protección de los menores de edad del contenido nocivo de la televisión.
En torno a este esfuerzo se pretende vincular a la academia, no solo para que se interese por un tema de alta trascendencia social que abre infinidad de posibilidades de investigación y debate, sino porque gracias a los desarrollos metodológicos y a sus bases conceptuales e investigativas puede enriquecer la discusión y ayudar en la búsqueda de soluciones para la administración de un problema tan vigente. Se intenta producir una obra que responda a los requisitos propios de un trabajo doctoral, que sirva además como guía de análisis y consulta para los distintos componentes de la industria.
La obra se encuentra disponible para consulta y descarga gratuita en Publicaciones>Libros electrónicos.